Cómo afecta el invierno a la menstruación
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Definitivamente ha llegado el frío, el comienzo del invierno está a la vuelta de la esquina y con el cambio de estación cambian, también, muchas cosas. ¿No has notado que con el frío y el invierno tu menstruación sufre también alteraciones?
El frío no sólo afecta a nuestro cambio de armario, también a nuestras hormonas y a nuestro ciclo menstrual ¿Quieres saber cómo? Quédate leyendo…
¿Cómo afecta el invierno a nuestro ciclo menstrual?
De forma similar a lo que sucede con el verano y el calor, cuestión que ya comentamos en este artículo, el invierno y sus bajas temperaturas pueden hacer que aumente la cantidad de sangre. Al mismo tiempo, el frío provoca que aumente su intensidad. Además, los cambios bruscos de temperatura pueden llegar a intensificar los síntomas premenstruales.
Por otra parte, el invierno trae consigo la reducción de horas de sol, y la falta de sol puede influir significativamente en el sistema endocrino, encargado controlar las hormonas responsables de regular la menstruación. Este cambio puede hacer que llegues a experimentar cambios como ciclos más cortos, flujos más abundantes o que llegue antes de lo que esperas.
La reducción de horas de sol provoca que nuestra menstruación sea más abundante, como hemos comentado antes. La ausencia de luz solar natural puede alterar los niveles de serotonina y melatonina (hormonas que desempeñan un papel crucial en la regulación del ciclo menstrual), y como consecuencia puede provocar menstruaciones abundantes. Otro factor que puede afectar a la abundancia del sangrado menstrual es que, con el frío los vasos sanguíneos se comprimen dejando un paso más estrecho al flujo sanguíneo.
¿Cómo puede afectar el frío a los cólicos menstruales?
¿Sabías que el frío puede provocar cólicos menstruales más intensos? La dismenorrea, como se conoce a los dolores excesivos que produce la menstruación, suele estar provocada por la secreción de unas sustancias similares a las hormonas llamadas prostaglandinas, y el frío puede desencadenar el aumento de esta hormona, haciendo que tus reglas sean más dolorosas. A esto, también debemos sumar la vasoconstricción sanguínea, que acabamos de comentar, que también contribuye a aumentar el dolor.
Por si fuera poco, el frío y el invierno también afectan al síndrome premenstrual. De nuevo la falta de luz solar juega un papel fundamental. Los cambios hormonales que se producen con el frío pueden causar un estado de ánimo decaído, haciendo que los síntomas del SPM sean más intensos. Lo cual hace que te sientas más irritable, más decaída o más ansiosa en los días previos a la llegada de la regla.
¿Cómo aliviar los cambios menstruales durante el invierno?
Lamentablemente esto es algo inevitable. Sin embargo, podemos hacer pequeños cambios y llevar a cabo ciertos hábitos que nos ayuden a aliviar y sobrellevar estos cambios en la menstruación durante el invierno y los días de frío.
Mantener una dieta sana, hidratarse, dormir lo suficiente y hacer ejercicio con regularidad pueden ayudar a regular tus hormonas. Para aliviar los cólicos te recomendamos contar con nuestro cinturón menstrual eléctrico, una alternativa natural (evitando tener que tomar medicamentos) y cómoda para cuando los dolores se convierten en un incordio, ya que ofrece 3 niveles de calor y 3 modos de vibración de masaje. El calor de este cinturón menstrual ayuda a relajar los músculos y activar la circulación sanguínea, por lo que es una opción muy a tener en cuenta para reducir los calambres menstruales.
Otra de nuestras recomendaciones, en este caso para lidiar con los cambios en la abundancia de sangrado es contar con varios tipos de medidas de copas menstruales e ir usándolas en función de la cantidad de flujo. Es decir, más o menos grande dependiendo de tu sangrado y época del año.
En conclusión, muchas veces se nos olvida que somos seres naturales y que nuestros ciclos, como en este caso el menstrual, están sujetos a los cambios de la naturaleza y que sus síntomas están sujetos a los cambios de estación. Con todo, los cambios y desajustes que experimentamos en nuestro periodo llegado el invierno se explican con la influencia de la luz solar y, en este caso, la escasez de ella durante los meses invernales. De hecho, la revista especializada Gynecological Endocrinology realizó y publicó un estudio en 2011 donde se evidenciaba la influencia de la luz solar en los cambios de los ciclos menstruales. De hecho, aseveran que cuanta más exposición solar tenemos, más se estimula nuestra actividad en los ovarios, por vía hormonal.